Este es un cuento corto que creé en un arranque de inspiración y aburrimiento. La verdad no creo que sea la quinta maravilla y si dejan en los comentarios sus opiniones se los agradecería pues es la única forma que conozco para mejorar además de seguir leyendo y escribiendo:
Con sangre cubriendo mi frente y espada en mano, exhausto de estas escaleras y de este castillo además de mi propio cansancio, llego por fin al gran portón de roble que me separa de mi objetivo.
Con una fuerte patada que ahoga el eco de mis pasos, la puerta cede. Veo a mi objetivo en medio de ese elegante salón, de pie, sonriéndome maliciosamente en un llamativo vestido escotado.
—Llegue hasta el final, sacrifique mucho para verte, pero puedes estar segura que no fue en vano, bruja.—
Ella solo ríe tímidamente llevándose una mano a la boca dejando escapar algunas risitas.
—¿Y que crees que puedes hacer con ese juguete afilado? ¡Es solo acero!— responde —¿Atravesar mi pecho y cortar mi cabeza? Esto no es un juego niño — haciendo hincapié en la última palabra, suelta una risa descontrolada, no puede contener más su éxtasis —ven, ven a mí, acércate, supongo que el miedo a la muerte lo perdiste hace rato pues es la elección de tu muerte la única posesión que te queda ya—
Muchos sacrificios se hicieron para que llegara hasta aquí, aunque el peso de semejante carga empieza a apretarme el pecho no permito que la fuerza me abandone ahora.
Empuño mi espada hacia el frente tan firmemente como mi cuerpo lo permite —¡Cierra tu vulgar boca! Ahora mismo se acabará tu reinado de terror—. Me tiemblan las rodillas y mi mente está hecha un lío, tal vez sea la perdida de sangre o a lo mejor es la emoción, solo quiero cortarla, despedazarla, aniquilarla, que termine rápido todo, aunque se que eso es algo difícil, sino imposible, para mí. Un pueblerino más de estas tierras. Pero he llegado muy lejos como para retirarme, ya abandonar no es una opción solo queda pelear y ganar. Ahora que conozco las consecuencias que me esperan por haber desafiado a la bruja hacen que hasta el dulce abrazo de la muerte suene reconfortante.
Reuniendo todo el valor del mundo me lanzo de un salto contra ella con un corte en diagonal. Solo se escucha el aire cortado, no hay impacto.
Para mi sorpresa, aquel monstruo se mueve con gracia y delicadeza.
Suavemente la bruja se desliza a un lado evitando el corte de una manera tan elegante que de natural no tiene nada, mi cuerpo reacciona instintivamente con miedo alejándose un poco. Ella levanta su delicada mano girando un poco la muñeca y veo unas pequeñas luces rojas de advertencia. Salto a un lado, maldiciendo mi mala suerte, evitando la ráfaga de la bruja pero antes de sentirme a salvo doy otro brinco para evitar la segunda descarga que ya venía hacia mí.
—jujuju, veo que aún tienes ganas de vivir o será que sabes lo que le pasa a un humano cuando es asesinado por una bruja.—
Tomo algunos cuchillos de mi cinturón y los arrojo para cubrir mi avance pero es inútil, ella se mueve girando de izquierda a derecha agitando sus brazos arriba bajo de una manera bastante rara. En el movimiento sus manos giran y alcanzo ver un débil resplandor emanando de ellas.
La bruja, obviamente el oponente dominante en esta batalla, no me está tomando en serio. Está jugando conmigo. Estando ya más cerca aprieto fuertemente la espada y vuelvo lanzarme al ataque —¡Ahora mismo morirás!— promesa vacía, pero es lo único que se me ocurrió contestarle.
Lanzo un corte veloz hacia el frente pero no es problema para ella dar unos dos pasos a un lado —uuuh, entonces, ¿Podrías decirme porqué haces esto?, ¿Por aquella gente malagradecida de tu villa?, ¿Por el recuerdo de tus familiares y amigos perdidos?, ¿O será que es por el juramento a tus compañeros que quedaron allá abajo?— al escuchar lo último no pude evitar mostrar mi disgusto ante sus palabras —¡Oooh que lindo!— se lleva la mano a la cara mientras me mira con lastima —Te aferras a tus ideas y haces lo posible para creértelas, eso es lo que me agrada de los aventureros jóvenes. Cosas como esas aún valen algo para ustedes—.
Aprovechando su momento de confianza y suelto tres cortes veloces, mi espada parece un relámpago, pero ella vuelve hacer aquel sutil movimiento y se pone a lado de mi colocando su mano en mi vientre. Ahora lo veo mejor, es como si bailara conmigo —Si sigues así no llegaras a ninguna parte— me susurra mientras una luz blanca con un halo rojizo nos separa, antes de que pueda reaccionar mi cuerpo ya está a 10 metros golpeando contra una pared de piedra. Caigo boca abajo. Estoy seguro de que me lastime la espalda con ese golpe, pero el calor del combate me ayuda a ignorarlo de momento, la espada sigue a mi lado pero no hay nada que pueda hacer, tal vez tenga razón, esto solo se trató de un capricho mio. Pero soy el responsable de que mis compañeros arriesgaran sus vidas, si me detengo ahora por mi debilidad, todo habrá sido en vano.
Me fallan un poco las fuerzas al ponerme de pie.
—¿Ya te cansaste humano?, realmente la generación actual resultó más perezosa de lo que esperaba, y yo que planeaba adoptarte— La bruja cruza sus brazos y me mira con decepción.
—¡Y quien dice que yo aceptaré algo semejante!— como puedo saco fuerzas para ponerme en pie, mi espada esta lo suficientemente cerca para tomarla, la pongo al frente adoptando una postura defensiva —¡Nunca me rendiré! Para mi la vida o la muerte no vale nada si me rindo ahora— permanezco firme frente a ella, me gustaría que mis acciones respaldaran a mis palabras, pero solo pienso en quedarme aquí, muriendo como los guerreros de las leyendas: de pié en el campo de batalla.
—Ya.. haciendo eso solo podrás quedarte a ver tu propia muerte y así no es divertido— Al decir esto empieza a caminar hacia mí, al estar más próxima me acerco rodeándola lo más rápido que puedo
La bruja se sorprende ante mi iniciativa —Así me gusta, de este modo morirás más rápido, pero no tendrás nada de que lamentarte— extiende su mano y surgen más destellos rojizos. Hizo justo lo que esperaba, sin detenerme me barro evitando la ráfaga y estando aun lado giro rápidamente lanzando un corte vertical, al momento en que hace su paso hacia la izquierda para evitarlo la atrapo con mi pierna.
-¡Eres mía!-
No puedo ver desde mi posición el rostro de la bruja, pero el pequeño grito que suelta me ayuda a imaginar su cara de sorpresa. Cuando esta cayendo, me incorporo sujetándole la mano izquierda y ejerciendo una llave que la inmoviliza —Las brujas no son distintas de un mago corriente cuando no pueden realizar sus conjuros— Ella solo se limita a soltar un pequeño bufido cuando intenta ejercer fuerza para zafarse topándose de frente con la sencilla mecánica de éste agarre —Te he ganado— no puedo evitar demostrar lo cansado que estoy ni la alegría de mis palabras.
Casi a las risas la bruja como si de una broma se tratase se agita un poco —¡Interesante, interesante, no, realmente es esplendido, no lo hubiera visto ni en 100 ni en 1000 años! Esperando caballeros de poca monta o sucios mercenarios, tenía que ser un campesino el que me llevara hasta este extremo y me hiciera disfrutar de este maravilloso momento, realmente es divertido, maravilloso, sublime— suelta una risotada y yo allí, escuchando las risueñas palabras de una bruja que se ha visto acorralada... o tal vez no.
Me doy cuenta que mi situación no es tan ventajosa como esperaba —¿y ahora que harás humano? ¿Con que me sorprenderás ahora? No sabes si soy vulnerable al acero de tu espada. Si resulta que no es tan fácil, morirás calcinado al instante en que me dejes una mano libre, ¿Qué es lo que harás?. ¿QUÉ ES LO QUE HARÁS?—
Es cierto, no es tan fácil, si fuera cualquiera solo basta con mover mi espada hacia su garganta y terminar con esto pero no sé si eso funcione o sea suficiente, y si resulta que es inmortal como lo cuentan o su piel es tan dura como el roble, seguramente yo seré el que muera.
Mi respiración empieza agitarse nuevamente, aunque esta vez es de miedo, voy a morir, estoy seguro de que esta vez si que voy a morir. Invariablemente mi cuerpo se cansará y ella será libre para acabar conmigo, ¡maldición!
Una cálida gota recorre mi mejilla, no pude contenerla más, llegué hasta aquí y ya no puedo hacer más, lo siento muchachos, este es mi limite, tenían razón…
Estoy solo, sujetando a una bruja en un hermoso salón, hay una hermosa vista al valle boscoso en la punta más alta de un viejo castillo, sin mayor compañía que la de un monstruo.
¡Un momento! Aún queda una alternativa, pero no estoy seguro si tendré el coraje suficiente para llevarlo a cabo, pero es lo menos que puedo hacer, al menos me iré con la certeza de que lo intenté todo.
—Bruja, me preguntaste por qué llevaba mi empresa tan lejos ¿no?— La bruja gira la cabeza para tener contacto visual conmigo, sin reprimir su alegría, la bruja me contesta —¿A que viene eso? ¿Es que acaso solo quieres sincerarte conmigo antes de que te saque el alma de tus cálidas entrañas?—
—Te equivocas- respondo solemnemente —Recuerdo perfectamente en lo que pensaba en el momento en el que partí para darte muerte—
La bruja solo hace un gesto de extrañeza —La muerte que se cierne sobre ti te a hecho perder la cabeza y ahora solo me estas dando tu discurso heroico para partir con tu orgullo— puedo notar ese tono burlón mas no me inmuto.
—Puede que tengas razón, estas pueden ser mis últimas palabras, pero créeme, si yo muero, tú te hundirás conmigo en el infierno— al decir esto la bruja no puede evitar mostrar su incredulidad, continuo —Desde pequeño he sabido de tus abusos y excesos, la gente pasa hambre y miedo por ti y te teme demasiado como para enfrentarte, yo vengo en nombre de toda esa gente a la que haz amenazado y asesinado. Lo hago porque este paraíso ajeno a las guerras y conflictos merece vivir sin miedo, en paz— Mientras digo esto empiezo a forzar la marcha hacia el balcón —Vaya mente más simple la tuya— replica la bruja —Entonces me vas a decir que es por la paz de esta tierra- ella voltea y nuestros ojos se encuentran una vez más, pero ahora hay algo diferente en su mirada que me deja perplejo por unos instantes —A...así es— respondo —Que ingenuo eres— sonríe mirando al valle.
—Todas las tierras dentro de mis dominios eran inmensos bosques como los que rodean este castillo, vivía pacíficamente junto con otras criaturas hasta que ustedes llegaron y lo destruyeron todo, ¿No son ustedes, invasores, los que obraron mal e invadieron este lugar que por ningún derecho les pertenece— Llegamos al balcón, es un espacio pequeño con una mesa y silla de madera pequeñas junto a un catalejo. Hace frio y está oscuro, nuestras únicas fuentes de luz aquí afuera son el destello de los candelabros del salón y la media luna que se alza al horizonte, la bruja mira hacia un lado —Si volteas a la derecha veras no muy lejos un pequeño estanque, es todo lo que queda de un lago en el que se reunían las hadas a jugar— la voz de la bruja ya no tiene más aquel tono de burla —No digas tonterías, tú solo te dedicas egoístamente a cumplir tus caprichos asesinando y pidiendo tributo cuando la gente de aquí apenas si puede conseguir lo suficiente para vivir— replico furiosamente —¿y no es acaso lo mismo que hicieron con mi bosque?— vuelve a interrumpir —Yo solo cobró lo justo, si no les parece, lo mejor es que se marchen, al final, no son tierras que les pertenezcan en primer lugar, son tierras que tomaron a la fuerza ¿Acaso crees que matándome les traerás paz?—
—¡Por supuesto!— Respondo inmediatamente —La gente ya no vivirá más con miedo a ser parte de tus sacrificios— La bruja gira la cabeza sonriéndome —Exacto, van a perder el miedo ¿y sabes lo primero que van hacer? Buscar más tierras, madera, agua, minerales, así hasta que se acaben la tierra y no les quede de otra que matarse los unos a los otros por lo que los demás ya consiguieron. Los primeros colonos que llegaron fue por que huían de una guerra y los primeros que se marcharan será por lo mismo—
Sus brillantes ojos verdes se encuentran con los míos buscando mi siguiente objeción, pero no puedo seguirla, realmente lo que dice es serio, lo presencié en mi viaje, bandidos, criminales e incluso pueblos enteros están dispuestos a hacer lo que sea para salvarse ¿Si resulta que tiene razón? ¿Qué este esfuerzo es completamente inútil y las personas que intento proteger serán las primeras en armar un caos? —¡No!, no puede ser así— pensando en voz alta, la bruja mira al horizonte antes de responder —Vamos arrójate conmigo, al fin y al cabo, no presenciaras la decadencia de estas tierras, tal vez alguien tome el poder y una a todos bajo una misma bandera, con los humanos nunca se sabe— la bruja dirige su mirada ahora hacia las villas y pueblos cercanos al estanque, no puedo ver la expresión en su rostro pero les puedo asegurar que la mía en este momento es de confusión y miedo.
Yo estoy acabando con un asesino, un monstruo, pero si realmente su existencia es necesaria para la paz de esta región entonces lo más probable es que sea yo quien condene a este lugar a la miseria —Te mortificas demasiado— dice la bruja —¡Maldita bruja lee mentes!— no puedo reprimir mi enojo al hecho de que ni en mi mente tengo el espacio para aclarar mis ideas —¿Hace cuanto que escuchas?— le pregunto —Realmente vi tu rostro y pude deducir que te hiciste un lio tú solo, vez por eso no es bueno oír a una bruja, ahora mismo tu meta de liberar a la gente del miedo y el horror que les produzco se va abajo por el hecho de que ellos mismos podrían generarlo y ya no sería solo matar una sola persona o dos para salvarlos. Hasta puede que funden cultos enteros solo para repartirse mejor las riquezas entre los suyos— Maldición, si no fuera porque lo vi estaría escéptico a sus palabras, de haber sabido habría venido al castillo directamente y no me hubiera detenido en cada poblado que pasaba.
No hay más camino, me arrojo ahora mismo esperando lo mejor para todos o dejo todo como está pero igual encontrando la muerte y mancillando el recuerdo de mis compañeros. Cierro los ojos dando un gran suspiro y continuo hasta el borde del balcón, solo un pequeño barandal metálico nos separa de una larga caída hacia la oscuridad.
Arrojarme con ella es la solución, por muy resistente que ella sea una caída desde aquí no es cualquier cosa, es todo lo que puedo hacer, estoy decidido, el resto se lo dejo a esta tierra —¡Por fin te haz decidido héroe, sacrificaras todo por estos ingratos esperando un mañana mejor!— grita la bruja con una enorme sonrisa. En ese instante salto.
No puedo decir si pensé en algo en el momento en el que decidí saltar pero justo en ese instante y tal vez por la sangre de batalla que fluía en mi cerebro es que decido separarme de ella con una patada. Al hacerlo le arrojo mi espada con todas mis fuerzas. Solo alcanzo a oír la carne siendo atravesada y el grito de dolor de la bruja, ja, resulta que no era necesario llegar tan lejos. Pero no hay tiempo para arrepentimientos, ahora me preocupa mi situación actual, voy en caída libre desde la torre del castillo y hacia abajo solo hay un vacío tan oscuro que parece que caigo hacia la nada infinita, sin duda será mi fin.
Aunque lo deseo, no volteo a ver hacia donde se encuentra la bruja, herida o muerta, ella es la menor de mis preocupaciones ahora, voy descendiendo rápidamente lo que me tomó unas 2 horas subir. Entre monstruos y sirvientes de la bruja, mis compañeros y yo logramos abrirnos paso en este inmenso castillo, ahora estoy seguro que voy derechito hacia un punto más abajo de la primera planta y lo mejor es que sin escalas. No se que les da a estos monstruos por construir sus guaridas junto a enormes acantilados.
No tengo cuerda ni garfio como para intentar alguna maniobra y siento que voy cada vez más rápido, se me acaba el tiempo, observo hacia el castillo esperando encontrar algo en el que me ayude aunque sea un poco a mejorar mis posibilidades. Alcanzo a ver hacia abajo con la poca luz de la luna una gárgola sobre un plataforma pegada a la pared, parece que por fin estoy alcanzando el segundo nivel.
-Sí, solo ahí había de esos bichos... ¡Esperen!-
Se me ocurrió una locura pero tal vez sea mi única salvación, tomo una pequeña navaja de afeitar que traigo en mi bolsillo y la arrojo a matar con todas mis fuerzas – ¡corta por favor!- habiendo puesto mis esperanzas en esa cuchilla, esta da varios giros en dirección a la gárgola. No alcancé a escuchar si golpeó o no pero veo como la gárgola reacciona saliendo rápidamente de su sopor.
-Sí-
Veo que la cuchilla no solo golpeó sino que también logró clavarse y es en ese instante que la gárgola se incorpora en dos patas soltando un grito de furia –Bien. ¡Mira basura, ojala te pudras!- Saco la lengua mientras levanto el codo derecho a la altura de mi cabeza mientras caigo aún más al fondo. No sabía si funcionaría, pero era mi única esperanza.
La gárgola me mira con fiereza y extiende sus enormes alas para alzar el vuelo, este bicho tiene 2 metros de largo y tal vez 3 de ancho, su cabeza asemeja a la de un dragón con dos cuernos y su cuerpo al de un reptil humanoide muy fuerte con enormes garras en pies y manos, realmente una cosa a la mar de extraña para poner de adorno pero ya es gusto de brujas.
La bestia se lanza contra mí tan rápido que no da tiempo de prepararse, para cuando me doy cuenta ya siento sus garras escurrirse alrededor de mi apretándome y alzándome para estar a la altura de su solido puño que golpea mi peto levantándome un poco para después girar y pegar con la cola, la fuerza fue suficiente para estamparme contra la pared. Dolió y mucho, pero al caer lo hago sobre suelo firme, jajaja, funcionó, estoy a la orilla del acantilado en lo que sería la primera planta del castillo y además esa cosa amortiguo mi caída, no de la mejor forma, pero al menos no quede como una mancha irreconocible en quien sabe donde. Ahora mi problema es otro, no traigo espada y mi única arma tal vez sea esa navaja de afeitar que tiene justo entre los ojos, vaya tino el mío.
Con una fuerte patada que ahoga el eco de mis pasos, la puerta cede. Veo a mi objetivo en medio de ese elegante salón, de pie, sonriéndome maliciosamente en un llamativo vestido escotado.
—Llegue hasta el final, sacrifique mucho para verte, pero puedes estar segura que no fue en vano, bruja.—
Ella solo ríe tímidamente llevándose una mano a la boca dejando escapar algunas risitas.
—¿Y que crees que puedes hacer con ese juguete afilado? ¡Es solo acero!— responde —¿Atravesar mi pecho y cortar mi cabeza? Esto no es un juego niño — haciendo hincapié en la última palabra, suelta una risa descontrolada, no puede contener más su éxtasis —ven, ven a mí, acércate, supongo que el miedo a la muerte lo perdiste hace rato pues es la elección de tu muerte la única posesión que te queda ya—
Muchos sacrificios se hicieron para que llegara hasta aquí, aunque el peso de semejante carga empieza a apretarme el pecho no permito que la fuerza me abandone ahora.
Empuño mi espada hacia el frente tan firmemente como mi cuerpo lo permite —¡Cierra tu vulgar boca! Ahora mismo se acabará tu reinado de terror—. Me tiemblan las rodillas y mi mente está hecha un lío, tal vez sea la perdida de sangre o a lo mejor es la emoción, solo quiero cortarla, despedazarla, aniquilarla, que termine rápido todo, aunque se que eso es algo difícil, sino imposible, para mí. Un pueblerino más de estas tierras. Pero he llegado muy lejos como para retirarme, ya abandonar no es una opción solo queda pelear y ganar. Ahora que conozco las consecuencias que me esperan por haber desafiado a la bruja hacen que hasta el dulce abrazo de la muerte suene reconfortante.
Reuniendo todo el valor del mundo me lanzo de un salto contra ella con un corte en diagonal. Solo se escucha el aire cortado, no hay impacto.
Para mi sorpresa, aquel monstruo se mueve con gracia y delicadeza.
Suavemente la bruja se desliza a un lado evitando el corte de una manera tan elegante que de natural no tiene nada, mi cuerpo reacciona instintivamente con miedo alejándose un poco. Ella levanta su delicada mano girando un poco la muñeca y veo unas pequeñas luces rojas de advertencia. Salto a un lado, maldiciendo mi mala suerte, evitando la ráfaga de la bruja pero antes de sentirme a salvo doy otro brinco para evitar la segunda descarga que ya venía hacia mí.
—jujuju, veo que aún tienes ganas de vivir o será que sabes lo que le pasa a un humano cuando es asesinado por una bruja.—
Tomo algunos cuchillos de mi cinturón y los arrojo para cubrir mi avance pero es inútil, ella se mueve girando de izquierda a derecha agitando sus brazos arriba bajo de una manera bastante rara. En el movimiento sus manos giran y alcanzo ver un débil resplandor emanando de ellas.
La bruja, obviamente el oponente dominante en esta batalla, no me está tomando en serio. Está jugando conmigo. Estando ya más cerca aprieto fuertemente la espada y vuelvo lanzarme al ataque —¡Ahora mismo morirás!— promesa vacía, pero es lo único que se me ocurrió contestarle.
Lanzo un corte veloz hacia el frente pero no es problema para ella dar unos dos pasos a un lado —uuuh, entonces, ¿Podrías decirme porqué haces esto?, ¿Por aquella gente malagradecida de tu villa?, ¿Por el recuerdo de tus familiares y amigos perdidos?, ¿O será que es por el juramento a tus compañeros que quedaron allá abajo?— al escuchar lo último no pude evitar mostrar mi disgusto ante sus palabras —¡Oooh que lindo!— se lleva la mano a la cara mientras me mira con lastima —Te aferras a tus ideas y haces lo posible para creértelas, eso es lo que me agrada de los aventureros jóvenes. Cosas como esas aún valen algo para ustedes—.
Aprovechando su momento de confianza y suelto tres cortes veloces, mi espada parece un relámpago, pero ella vuelve hacer aquel sutil movimiento y se pone a lado de mi colocando su mano en mi vientre. Ahora lo veo mejor, es como si bailara conmigo —Si sigues así no llegaras a ninguna parte— me susurra mientras una luz blanca con un halo rojizo nos separa, antes de que pueda reaccionar mi cuerpo ya está a 10 metros golpeando contra una pared de piedra. Caigo boca abajo. Estoy seguro de que me lastime la espalda con ese golpe, pero el calor del combate me ayuda a ignorarlo de momento, la espada sigue a mi lado pero no hay nada que pueda hacer, tal vez tenga razón, esto solo se trató de un capricho mio. Pero soy el responsable de que mis compañeros arriesgaran sus vidas, si me detengo ahora por mi debilidad, todo habrá sido en vano.
Me fallan un poco las fuerzas al ponerme de pie.
—¿Ya te cansaste humano?, realmente la generación actual resultó más perezosa de lo que esperaba, y yo que planeaba adoptarte— La bruja cruza sus brazos y me mira con decepción.
—¡Y quien dice que yo aceptaré algo semejante!— como puedo saco fuerzas para ponerme en pie, mi espada esta lo suficientemente cerca para tomarla, la pongo al frente adoptando una postura defensiva —¡Nunca me rendiré! Para mi la vida o la muerte no vale nada si me rindo ahora— permanezco firme frente a ella, me gustaría que mis acciones respaldaran a mis palabras, pero solo pienso en quedarme aquí, muriendo como los guerreros de las leyendas: de pié en el campo de batalla.
—Ya.. haciendo eso solo podrás quedarte a ver tu propia muerte y así no es divertido— Al decir esto empieza a caminar hacia mí, al estar más próxima me acerco rodeándola lo más rápido que puedo
La bruja se sorprende ante mi iniciativa —Así me gusta, de este modo morirás más rápido, pero no tendrás nada de que lamentarte— extiende su mano y surgen más destellos rojizos. Hizo justo lo que esperaba, sin detenerme me barro evitando la ráfaga y estando aun lado giro rápidamente lanzando un corte vertical, al momento en que hace su paso hacia la izquierda para evitarlo la atrapo con mi pierna.
-¡Eres mía!-
No puedo ver desde mi posición el rostro de la bruja, pero el pequeño grito que suelta me ayuda a imaginar su cara de sorpresa. Cuando esta cayendo, me incorporo sujetándole la mano izquierda y ejerciendo una llave que la inmoviliza —Las brujas no son distintas de un mago corriente cuando no pueden realizar sus conjuros— Ella solo se limita a soltar un pequeño bufido cuando intenta ejercer fuerza para zafarse topándose de frente con la sencilla mecánica de éste agarre —Te he ganado— no puedo evitar demostrar lo cansado que estoy ni la alegría de mis palabras.
Casi a las risas la bruja como si de una broma se tratase se agita un poco —¡Interesante, interesante, no, realmente es esplendido, no lo hubiera visto ni en 100 ni en 1000 años! Esperando caballeros de poca monta o sucios mercenarios, tenía que ser un campesino el que me llevara hasta este extremo y me hiciera disfrutar de este maravilloso momento, realmente es divertido, maravilloso, sublime— suelta una risotada y yo allí, escuchando las risueñas palabras de una bruja que se ha visto acorralada... o tal vez no.
Me doy cuenta que mi situación no es tan ventajosa como esperaba —¿y ahora que harás humano? ¿Con que me sorprenderás ahora? No sabes si soy vulnerable al acero de tu espada. Si resulta que no es tan fácil, morirás calcinado al instante en que me dejes una mano libre, ¿Qué es lo que harás?. ¿QUÉ ES LO QUE HARÁS?—
Es cierto, no es tan fácil, si fuera cualquiera solo basta con mover mi espada hacia su garganta y terminar con esto pero no sé si eso funcione o sea suficiente, y si resulta que es inmortal como lo cuentan o su piel es tan dura como el roble, seguramente yo seré el que muera.
Mi respiración empieza agitarse nuevamente, aunque esta vez es de miedo, voy a morir, estoy seguro de que esta vez si que voy a morir. Invariablemente mi cuerpo se cansará y ella será libre para acabar conmigo, ¡maldición!
Una cálida gota recorre mi mejilla, no pude contenerla más, llegué hasta aquí y ya no puedo hacer más, lo siento muchachos, este es mi limite, tenían razón…
Estoy solo, sujetando a una bruja en un hermoso salón, hay una hermosa vista al valle boscoso en la punta más alta de un viejo castillo, sin mayor compañía que la de un monstruo.
¡Un momento! Aún queda una alternativa, pero no estoy seguro si tendré el coraje suficiente para llevarlo a cabo, pero es lo menos que puedo hacer, al menos me iré con la certeza de que lo intenté todo.
—Bruja, me preguntaste por qué llevaba mi empresa tan lejos ¿no?— La bruja gira la cabeza para tener contacto visual conmigo, sin reprimir su alegría, la bruja me contesta —¿A que viene eso? ¿Es que acaso solo quieres sincerarte conmigo antes de que te saque el alma de tus cálidas entrañas?—
—Te equivocas- respondo solemnemente —Recuerdo perfectamente en lo que pensaba en el momento en el que partí para darte muerte—
La bruja solo hace un gesto de extrañeza —La muerte que se cierne sobre ti te a hecho perder la cabeza y ahora solo me estas dando tu discurso heroico para partir con tu orgullo— puedo notar ese tono burlón mas no me inmuto.
—Puede que tengas razón, estas pueden ser mis últimas palabras, pero créeme, si yo muero, tú te hundirás conmigo en el infierno— al decir esto la bruja no puede evitar mostrar su incredulidad, continuo —Desde pequeño he sabido de tus abusos y excesos, la gente pasa hambre y miedo por ti y te teme demasiado como para enfrentarte, yo vengo en nombre de toda esa gente a la que haz amenazado y asesinado. Lo hago porque este paraíso ajeno a las guerras y conflictos merece vivir sin miedo, en paz— Mientras digo esto empiezo a forzar la marcha hacia el balcón —Vaya mente más simple la tuya— replica la bruja —Entonces me vas a decir que es por la paz de esta tierra- ella voltea y nuestros ojos se encuentran una vez más, pero ahora hay algo diferente en su mirada que me deja perplejo por unos instantes —A...así es— respondo —Que ingenuo eres— sonríe mirando al valle.
—Todas las tierras dentro de mis dominios eran inmensos bosques como los que rodean este castillo, vivía pacíficamente junto con otras criaturas hasta que ustedes llegaron y lo destruyeron todo, ¿No son ustedes, invasores, los que obraron mal e invadieron este lugar que por ningún derecho les pertenece— Llegamos al balcón, es un espacio pequeño con una mesa y silla de madera pequeñas junto a un catalejo. Hace frio y está oscuro, nuestras únicas fuentes de luz aquí afuera son el destello de los candelabros del salón y la media luna que se alza al horizonte, la bruja mira hacia un lado —Si volteas a la derecha veras no muy lejos un pequeño estanque, es todo lo que queda de un lago en el que se reunían las hadas a jugar— la voz de la bruja ya no tiene más aquel tono de burla —No digas tonterías, tú solo te dedicas egoístamente a cumplir tus caprichos asesinando y pidiendo tributo cuando la gente de aquí apenas si puede conseguir lo suficiente para vivir— replico furiosamente —¿y no es acaso lo mismo que hicieron con mi bosque?— vuelve a interrumpir —Yo solo cobró lo justo, si no les parece, lo mejor es que se marchen, al final, no son tierras que les pertenezcan en primer lugar, son tierras que tomaron a la fuerza ¿Acaso crees que matándome les traerás paz?—
—¡Por supuesto!— Respondo inmediatamente —La gente ya no vivirá más con miedo a ser parte de tus sacrificios— La bruja gira la cabeza sonriéndome —Exacto, van a perder el miedo ¿y sabes lo primero que van hacer? Buscar más tierras, madera, agua, minerales, así hasta que se acaben la tierra y no les quede de otra que matarse los unos a los otros por lo que los demás ya consiguieron. Los primeros colonos que llegaron fue por que huían de una guerra y los primeros que se marcharan será por lo mismo—
Sus brillantes ojos verdes se encuentran con los míos buscando mi siguiente objeción, pero no puedo seguirla, realmente lo que dice es serio, lo presencié en mi viaje, bandidos, criminales e incluso pueblos enteros están dispuestos a hacer lo que sea para salvarse ¿Si resulta que tiene razón? ¿Qué este esfuerzo es completamente inútil y las personas que intento proteger serán las primeras en armar un caos? —¡No!, no puede ser así— pensando en voz alta, la bruja mira al horizonte antes de responder —Vamos arrójate conmigo, al fin y al cabo, no presenciaras la decadencia de estas tierras, tal vez alguien tome el poder y una a todos bajo una misma bandera, con los humanos nunca se sabe— la bruja dirige su mirada ahora hacia las villas y pueblos cercanos al estanque, no puedo ver la expresión en su rostro pero les puedo asegurar que la mía en este momento es de confusión y miedo.
Yo estoy acabando con un asesino, un monstruo, pero si realmente su existencia es necesaria para la paz de esta región entonces lo más probable es que sea yo quien condene a este lugar a la miseria —Te mortificas demasiado— dice la bruja —¡Maldita bruja lee mentes!— no puedo reprimir mi enojo al hecho de que ni en mi mente tengo el espacio para aclarar mis ideas —¿Hace cuanto que escuchas?— le pregunto —Realmente vi tu rostro y pude deducir que te hiciste un lio tú solo, vez por eso no es bueno oír a una bruja, ahora mismo tu meta de liberar a la gente del miedo y el horror que les produzco se va abajo por el hecho de que ellos mismos podrían generarlo y ya no sería solo matar una sola persona o dos para salvarlos. Hasta puede que funden cultos enteros solo para repartirse mejor las riquezas entre los suyos— Maldición, si no fuera porque lo vi estaría escéptico a sus palabras, de haber sabido habría venido al castillo directamente y no me hubiera detenido en cada poblado que pasaba.
No hay más camino, me arrojo ahora mismo esperando lo mejor para todos o dejo todo como está pero igual encontrando la muerte y mancillando el recuerdo de mis compañeros. Cierro los ojos dando un gran suspiro y continuo hasta el borde del balcón, solo un pequeño barandal metálico nos separa de una larga caída hacia la oscuridad.
Arrojarme con ella es la solución, por muy resistente que ella sea una caída desde aquí no es cualquier cosa, es todo lo que puedo hacer, estoy decidido, el resto se lo dejo a esta tierra —¡Por fin te haz decidido héroe, sacrificaras todo por estos ingratos esperando un mañana mejor!— grita la bruja con una enorme sonrisa. En ese instante salto.
No puedo decir si pensé en algo en el momento en el que decidí saltar pero justo en ese instante y tal vez por la sangre de batalla que fluía en mi cerebro es que decido separarme de ella con una patada. Al hacerlo le arrojo mi espada con todas mis fuerzas. Solo alcanzo a oír la carne siendo atravesada y el grito de dolor de la bruja, ja, resulta que no era necesario llegar tan lejos. Pero no hay tiempo para arrepentimientos, ahora me preocupa mi situación actual, voy en caída libre desde la torre del castillo y hacia abajo solo hay un vacío tan oscuro que parece que caigo hacia la nada infinita, sin duda será mi fin.
Aunque lo deseo, no volteo a ver hacia donde se encuentra la bruja, herida o muerta, ella es la menor de mis preocupaciones ahora, voy descendiendo rápidamente lo que me tomó unas 2 horas subir. Entre monstruos y sirvientes de la bruja, mis compañeros y yo logramos abrirnos paso en este inmenso castillo, ahora estoy seguro que voy derechito hacia un punto más abajo de la primera planta y lo mejor es que sin escalas. No se que les da a estos monstruos por construir sus guaridas junto a enormes acantilados.
No tengo cuerda ni garfio como para intentar alguna maniobra y siento que voy cada vez más rápido, se me acaba el tiempo, observo hacia el castillo esperando encontrar algo en el que me ayude aunque sea un poco a mejorar mis posibilidades. Alcanzo a ver hacia abajo con la poca luz de la luna una gárgola sobre un plataforma pegada a la pared, parece que por fin estoy alcanzando el segundo nivel.
-Sí, solo ahí había de esos bichos... ¡Esperen!-
Se me ocurrió una locura pero tal vez sea mi única salvación, tomo una pequeña navaja de afeitar que traigo en mi bolsillo y la arrojo a matar con todas mis fuerzas – ¡corta por favor!- habiendo puesto mis esperanzas en esa cuchilla, esta da varios giros en dirección a la gárgola. No alcancé a escuchar si golpeó o no pero veo como la gárgola reacciona saliendo rápidamente de su sopor.
-Sí-
Veo que la cuchilla no solo golpeó sino que también logró clavarse y es en ese instante que la gárgola se incorpora en dos patas soltando un grito de furia –Bien. ¡Mira basura, ojala te pudras!- Saco la lengua mientras levanto el codo derecho a la altura de mi cabeza mientras caigo aún más al fondo. No sabía si funcionaría, pero era mi única esperanza.
La gárgola me mira con fiereza y extiende sus enormes alas para alzar el vuelo, este bicho tiene 2 metros de largo y tal vez 3 de ancho, su cabeza asemeja a la de un dragón con dos cuernos y su cuerpo al de un reptil humanoide muy fuerte con enormes garras en pies y manos, realmente una cosa a la mar de extraña para poner de adorno pero ya es gusto de brujas.
La bestia se lanza contra mí tan rápido que no da tiempo de prepararse, para cuando me doy cuenta ya siento sus garras escurrirse alrededor de mi apretándome y alzándome para estar a la altura de su solido puño que golpea mi peto levantándome un poco para después girar y pegar con la cola, la fuerza fue suficiente para estamparme contra la pared. Dolió y mucho, pero al caer lo hago sobre suelo firme, jajaja, funcionó, estoy a la orilla del acantilado en lo que sería la primera planta del castillo y además esa cosa amortiguo mi caída, no de la mejor forma, pero al menos no quede como una mancha irreconocible en quien sabe donde. Ahora mi problema es otro, no traigo espada y mi única arma tal vez sea esa navaja de afeitar que tiene justo entre los ojos, vaya tino el mío.
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Y bien, realmente en este punto me canse y ahí se quedo la historia, agradecería sus comentarios. Por cierto, la imagen del principio es de este autor: burari.
Saludos.
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