23 de mayo de 2012

El derroche del PRI en las redes sociales



Ha llegado el día en que internet ha dado el paso adelante para ser parte de nuestras vidas, ya no siendo solo una curiosidad para ver videos de gatos, ha madurado hasta ser una potente herramienta para manifestar ideas libremente y como plataforma para que los gobernadores, diputados y senadores estén más cerca que nunca de los ciudadanos de a pie. Pese a que en la práctica, aún es vista como la nueva radio o televisión. 

Internet no funciona igual. No hay cercos de información ni líderes de opinión para manipular. Todas las opiniones tienen las mismas oportunidades de ser leídas o escuchadas y están más expuestas al escrutinio público sin que nadie pueda hacer nada para evitarlo. Es donde hasta ahora se discute de manera más crítica la situación del país.

Los peñabots son resultado de un tipo de pensamiento anticuado, de un viejo partido que a falta de vitoreos y halagos prefiere comprarlos. Arrastrar gente que en su necesidad van a donde les digan. Este tipo de actos carecen de lógica. ¿Por qué forzarías un canal tan abierto para que el público crea que eres el bueno? 

Me parece que en el mundo real tiene más sentido esta táctica: En ese escenario yo solo sé lo que la radio, la tele y el periódico me dicen. Todos ellos me cuentan que los buenos son A y que los malos son B. Sí, tengo un primo loco que dice que B es el bueno, pero es un pedante y pretencioso politólogo, así que no cuenta. Solo lo dice por hacerse el interesante. Además millones de personas no pueden estar equivocadas, pero ignoro el hecho que todas ellas reciben la misma información de los mismos canales que yo. Nadamos en el mismo fango.

El escenario que se presenta en internet es otro mundo que puede resultar un tanto chocante para los usuarios del primer escenario, las noticias pueden venir de cualquier lado con cualquier tipo de inclinación sin ninguna clase de filtro. Por ello, para los políticos y cualquier figura pública en general este resulta ser un campo bastante hostil. No perdona, no olvida y lo que es peor, no hay fuerza humana capaz de censurar cualquier desliz que llegue a estar en linea. Quien sea puede escribir de lo que quiera y por lo general, gracias a la cantidad de notas falsas y exageradas que hay por toda la red, los lectores están más cautos del contenido y lo que trae detrás.  Esa libertad de expresar, escribir, atacar e intercambiar ideas sin filtros de por medio es radicalmente distinto a como los medios tradicionales manejaban la información. Es usualmente aquí donde las burbujas de realidades perfectas revientan. 

Ante un escenario así, el hecho de pagarle a gente para que diga que eres el número uno y te esté echando porras digitales no es más que una carísima chaqueta mental. Y muy probablemente estas pequeñas trampas junto a otras viejas mañas sean las responsable del clima de rechazo que está viviendo actualmente el candidato tricolor al demostrar que no solo no hay nuevo PRI, sino que insiste en adaptar malas prácticas a las tecnologías actuales sin comprender como funcionan exactamente.