Lo de Megaupload nadie lo esperaba. Una calamidad, un duro golpe a la confianza de los usuarios en la nube.
Este post no es un se los dije. Pero casi. Pues que se puede esperar ahora de estos servicios una vez que hemos presenciado como las instituciones de Estados Unidos sirven como policía del copyright al servicio de las compañías del entretenimiento impartiendo su justicia más allá de sus fronteras.
El daño está hecho, pero no es el fin. Es una llamada de atención, porque hay otras herramientas más seguras y menos centralizadas para compartir información que no brillaban debido a la facilidad que Megaupload ofrecía.
Ahora hay que estar al pendiente del próximo movimiento de las compañías pro-copyright para tumbar la tecnología que se las está comiendo y no precisamente porque sea mala, simplemente porque ellos no quieren cambiar.
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