Miedo a la nube

Está de moda dejarlo todo en internet, y no es para extrañarse, resulta mucho más cómodo y fácil compartir música, videos y documentos accediendo desde cualquier computadora en línea que tener torres de discos juntando el polvo en casa y tener que cargarlos de un lado a otro, sin contar que luego hay que buscar cual es el disco que queremos. De ahí que la computación se esté pasando a esa enmarañada red de computadoras, el internet, la nube.

Soy bastante cauto con los beneficios que ofrece. Sí, todo está disponible a un solo clic para que lo compartas como quieras… o no.

Lo primero, si no tienes internet, valiste queso y eso en México es con seguridad lo primero que pierdes en el día menos indicado junto con el agua y la luz (casi en ese orden se pierden los servicios). Solo hay que revisar los eventos del 2010 con el impacto del huracán Karl. Todo el internet de país se fue al traste, hubo días en que no hubo internet y si lo hubo fue a una fabulosa velocidad de 54 kb/s, suficiente para ver paginas de solo texto pero cualquier página moderna con imágenes por todas partes y objetos en java y flash hacía que el internet se sintiese dolorosamente lento. Un mp3 o video, mejor a esperar sentado un rato.

Sí, hay periódicos, tiendas y oficinas que dependen enteramente del internet para sus operaciones diarias y les va bien, pero les puedo decir de primera mano que cuando por cualquier cosa la red de redes los abandona están jalándose los pelos. Las imágenes de simios enojados y hambrientos no son muy diferentes de un acontecimiento tan grave como este. Algunas veces tienen “salidas de emergencia” como el carísimo internet por medio de compañías celulares o incluso satelitales, porque vamos, el que fallen las dos redes a la vez ya es señal suficiente para saber que el mundo te quiere joder en serio.

Hay quien me ha dicho que soy un loco paranoico que no confía en los sistemas probados bajo rigurosos estándares (¿En México? ¡ja!) pero les aseguro que ya me ha pasado y yo no tropiezo dos veces con la misma piedra.

Pero no solo es a la mala infraestructura lo que temo, también tengo un parpado abierto para los gobiernos, las discográficas, las compañías de medios y similares. Las últimas noticias me han llevado a pensar que a todos ellos no les gusta la libertad con la que puedo pasarte un mp3 desde la privacidad de mi casa a la tuya.

De las compañías no me extraña, se han dado cuenta que empiezan a dejar de ser necesarias para esta nueva era, lo malo es que tienen dinero y los políticos de turno les gusta el dinero :(. Eso no es muy bueno. Pero lo de los gobiernos no tiene perdón. Apenas se dieron cuenta que internet es un canal abierto para que cualquiera se exprese y comparta información que podría dañar la imagen de más de una rata del gobierno, de ahí que usen la violación de copyright o la pornografía infantil como excusa para monitorizar internet, incluyendo tus documentos que hasta donde uno sabe, son privados.

Incluso sin cambiar algunas leyes. Actualmente los archivos que subas a Youtube o Flickr no están a salvo. Si haces algo que cabreé a algún grande lo más probable es que lo borren todo bajo la excusa de incumplimiento en el acuerdo de licencia. Sí, eso que todo mundo le da aceptar sin leer.

Pero bien. Imaginemos que hay una conexión que jamás se pierde y una compañía de alojamiento de archivo que nos asegura nuestros archivos contra cualquier perdida so pena de pagarnos un millón de dólares. ¿La cosa cambia?

Por supuesto que no.

Aunque confíe en la buena voluntad de los técnicos sin rostro que me prestan ese servicio, nada me garantiza que esas fotos que saqué ebrio con mi ex en pelotas en un hotel nudista se mantengan privadas en la intimidad de mi cuenta. Puede que hasta me vuelen la cuenta con cualquier método absurdo para dar mi contraseña (quién te admite, quién visita tu perfil… ¬¬).

Normalmente para sacar tus fotos y documentos haría falta que vayan hasta tu casa, ahora esto facilita bastante el robo al punto que cualquier adolecente listillo puede intentarlo.

Creo que estoy siendo demasiado duro con la nube. Aunque más y más empiezo a creer que se trata de un asunto de fe. Nada malo va a pasar y si pasa “¡Es una prueba de fe!”.

Recuerden amiguitos, siempre es bueno tener una copia física y todo bajo una fuerte contraseña que solo tú y el gato saben. Ya saben, por eso del cualquier cosa.