Este libro lo tenía pudriéndose en mi estantería desde hacía ya 8 años. No fue enteramente mi culpa, cometí el terrible error de empezar a leer Resident Evil 0 y la verdad, era tan malo que parecía una narración de como podría estar jugando en lugar de aventarme un tostón de libro escrito por un amateur. Pero al final me decidí a darle una oportunidad al libro “1” porque tenía ganas de algo de narración zombi.
Esta serie de libros surgieron como parte de una estrategia de exprimirle aún más dinero a lo que en su momento era el mayor hit que CAPCOM hubiese hecho desde la última iteración de Megaman y Street Fighter juntos. No era cualquier cosa, allá a finales de los noventa era la sensación entre los jugadores por su novedoso concepto de combinar acción y horror con gráficas ultra realistas (en serio) que hacían que todo mundo se quedase impactado al momento en el que le volabas la cabeza a un zombi de un plomazo. De entre la cantidad de productos derivados que surgieron a partir de su tremenda popularidad podemos contar con 6 películas regulares, 15 spin off igual de regulares y estos libros que siguen la misma tendencia.
Nada más terrorífico que pensar que las películas también tuvieron novelización |
Este libro nos narra la historia del primer juego: Una ola de asesinatos caníbales azotan Raccoon City dejando cadáveres a medio comer por todas las zonas residenciales cercanas al bosque de la ciudad, como nadie es capaz de sumar 1+1, la investigación policial queda estancada dejando al grupo de fuerzas especiales S.T.A.R. a cargo de encontrar el origen de estos brutales asesinatos. Esto los lleva a hacer una misión de exploración en los bosques solo para terminar perdiendo el helicóptero. Por si no tuvieran suficiente, es el equipo de rescate el que también termina atorado en medio del bosque con el desagradable descubrimiento que quizá, solo quizá, haya monstruos en la zona, por lo que no tienen de otra que refugiarse en una mansión abandonada a la espera de refuerzos. Sí, tal cual el juego.
El juego original cuenta con dos protagonistas, Chris Redfield y Jill Valentine, dependiendo a quién eligiésemos, la historia sería un poco diferente y sólo nos perderíamos algunos detalles menores así como de la mini historia de Barry Burton o la de Rebecca Chambers. El libro acertadamente toma las dos rutas y las mezcla bastante bien. Cada uno va explorando a su modo los recovecos de la mansión desvelando los secretos que oculta su construcción, aunque para el final del libro, alerta de spoilers, la autora se decide por hacer de Jill la protagonista absoluta para pena de Chriss porque esa decisión provoca que sus aventuras con su compañera Rebbeca Chambers se sientan un poco fuera de lugar y hasta redundantes pues su peso se vuelve prácticamente irrelevante en la historia y bien podrían haber sido omitidas por completo del libro sin ningún problema. Bien podrían haber continuado con la línea que llevaba y dejar que los dos se encuentren con Wesker en el clímax de la historia.
Pero el principal problema de este libro es que está basado enteramente en un juego que se trata de explorar y resolver acertijos para avanzar. Matar zombies es casi algo secundario, incluso me atrevería decir que sólo es el gancho para que caigas en el juego y te quedes por esas emocionantes horas encontrando las piezas del rompecabezas que abren la puerta principal que lleva a la condenada sala de estudio. Es por esta razón que buena parte del libro se trata de como van recorriendo corredores angostos, abriendo puertas, cerrando puertas y encontrando documentos o nuevos acertijos mientras que casualmente se cargan un zombie que estorbaba por el camino. Una verdadera experiencia Resident Evil si me preguntan, pero un ladrillo en la cabeza como material de lectura.
Aunque este no sea material como para un Nobel de literatura, al menos es entretenido. Su lectura es sencilla aunque a veces abuse de describir como dan vueltas por los corredores de la mansión. Lo recomendaría si no tienen nada mejor que hacer y no esperan nada de este libro.
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