18 de febrero de 2015

7th Saga



Los RPGs de la vieja escuela en comparación con los actuales resultan aburridos como un ladrillo, monótonos como el juramento a la bandera y hasta su madre de lentos. Aún así, siempre intento sentarme algunas horas a disfrutarlos como enano, porque siempre encuentro algo que me resulta atractivo: la música, la historia, el escenario, los personajes, la mecánica o la simple suma de sus partes resulta en algo interesante para jugar y explorar de principio a fin.

El juego que voy a tratar no tiene exactamente eso, su dificultad va de endemoniada a ridícula sin escalas, el arte del juego se recicla a cada rato y la mecánica es realmente la misma que has visto en cualquier RPG plus la dificultad antes mencionada.





Primero algo de historia. Este juego fue publicado por Enix en 1993, si no les suena ese nombre mas que por SquareEnix, entonces no van tan desencaminados. Antes de que Square hiciera fusión a dos dedos por su desastre económico derivado de su peli "El Espiritu en Nosotros", Enix era una buena productora de RPGs, famosa principalmente por la saga Dragon Quest, la cuál ya traté en otro articulo de este abandonado blog, y también por otros juegos más arriesgados o raros (como quiera verse) como Actraiser, Terranigma, E.V.O.: Search for Eden, entre muchos otros que no fueron publicados en occidente por ser unos bárbaros incultos que no compraban juegos que llevaran mucho texto en ellos, bajo el razonamiento de que si quisiéramos leer entonces no estaríamos jugando en primer lugar,  al menos eso pensaban los ejecutivos de ventas. Esas nobles criaturillas.

Este juego sí tuvo la fortuna de ser publicado, aunque poco después se publicó en América el omnipresente Final Fantasy VI y ya todo mundo sabe como termina esa canción, por ello este juego terminó relegado a las sombras, siendo ahora relativamente desconocido.

Sobre el juego 

Tecnológicamente hablando, es bastante bueno para la época con todo y sus efectos especiales del mode 7 del Super Nintendo, pero si hablamos del apartado artístico palidece frente a otros del género. No es muy colorido y el mundo conforme te mueves por el mapa se siente como muerto. Hasta cuando peleas con los monstruos no dejas de ver el mapa, la consola usa su super mode 7 para girar un poco la cámara hacia el suelo como el Google Earth y solo pone a los bichos frente a ti para que los aporrees. Y no, no parece que sea la intención que se viese todo tan apagado. Por ese detalle de alguna forma sentía que estaba con un juego más viejo de lo que de verdad era. Al menos agradezco que me dejasen ver la espalda del mono que elegí para jugar esta aventura.

El arte en pixel de los personajes tampoco se ve muy bien y es necesario un poco de imaginación, principalmente porque reciclan muchos enemigos cambiando unicamente la paleta de color para dar el efecto de que estás frente algo más fuerte. Sí sí, como cualquier juego viejo, pero hay bichos que se repiten tanto que da la sensación de no haber más de 10 enemigos si excluimos el cambio de color.



La falta de amor en el apartado gráfico se ve compensada en el lado musical, es un aspecto en el que me fijo a detalle con cada nuevo RPG y desde la presentación logra que me interese lo que este juego me quiere contar. No tiene rolas que me hayan hecho querer traerlas en mi lista de reproducción para salir a la calle como otros juegos de la casa o un Final Fantasy, pero son bastante amenas permitiendo que sea fácil entrar en esa atmósfera rara que ya de por sí trae.



La historia

El escenario y la historia son interesantes. A diferencia de cualquier otro juego del género, aquí no estás para salvar el mundo, este ya fue salvado por otro héroe, que con ayuda de 7 poderosas runas (al menos en la leyenda) acabó con un terrible demonio que asolaba al mundo. 

Cuando se logró la paz, esta runas fueron esparcidas y escondidas para proteger al mundo de su gran poder. Ahora miles de años han pasado y Lemele, el hijo de este héroe legendario y benévolo rey del mundo decide reunir 7 discípulos para entrenarlos. Al concluir el entrenamiento les encarga una última prueba, reunir las 7 esferas del dragón runas para demostrar quién es digno y capaz de obtener el trono del mundo. Sí, tu meta es convertirte en el mejor candidato para gobernar el mundo y competirás con los otros discípulos a muerte para lograr la meta. Algunos te ayudaran interesadamente, otros te atacarán nada más verte, pero solo uno puede reunir todas las runas.



Para comenzar, debemos seleccionar uno de los 7 discípulos del rey para correr está aventura. Este juego no es muy exigente y no entra a detalles con ninguno salvo unas estadísticas que no te dirán absolutamente nada a menos que seas bien nerd de los RPG o cuentes con el manual original del juego... o vayas a Internet, lo que se tenga a la mano. Entre la selección tenemos un par de humanos, una elfa, un enano, una especie de androide, un alienígena y un jodido demonio, porque el benévolo reino de Lemele no es conocido por negar oportunidades ni siquiera a la menor o más peligrosa de las razas.
Una vez hecha la elección de la cual te arrepentirás al poco tiempo, el juego inicia la competencia encarnizada por reunir las 7 runas.


Los personajes

Este juego no tiene una opción para que muevas la dificultad. ¡Para eso está la selección de personajes! Nuestras opciones para iniciar son:

Kamil Dowonna (humano)

Para ponerlo en palabras sencillas, es el modo fácil. Es el guerrero que nunca falta en todo RPG y cuyo papel es siempre pilar de un equipo por su capacidad de hacer daño y aguantar bastante bien cualquier castigo. Como la aventura es en solitario, casi que está hecha a medida para él. Las armaduras buenas le quedan como un guante y las armas más fuertes solo las sabe usar él. 

¿La contra? ninguna. En cierto punto aprende magia suficiente para borrar bichos molestos que aguantan daño físico y también aprende a curarse ahorrándose molestias propias del juego como la cantidad ultra-limitada de objetos que puedes traer. 

Es una buena opción si quieres llegar vivo hasta el primer jefe y no frustrarte... pero no te garantizo que lo llegues a matar. 

Por supuesto, hay más guerreros, pero digamos que este está en medio del espectro y que conforme más avanzamos en la rama guerreril obtenemos un combatiente cada vez más puro.


Olvan Jaess (Enano)

Jugar con él es todavía más fácil por su resistencia y toneladas de puntos vida, pero dos razones, quizá no de tanto peso, lo alejan de la aparente perfección: es un enano color naranja y tiene menos MP, siendo dependiente de más objetos para salir adelante. 

No hay mucho que decir de él, no tengo mucha simpatía por los enanos y menos usar uno, aunque su fuerza y resistencia terminan volviéndose en tu contra si lo encuentras casualmente dentro del juego con humor de no haberse tomado su jarra de cerveza mañanera. Es alguien bastante pesadito como enemigo.






Lux Tizer (Tetujin)

¡Un androide! Quizá si hubiese visto el arte del juego, él habría sido mi primera elección porque no es muy común ver un androide que fría con su láser demonios y fantasmas. Aunque parezca el capricho de uno de los directores del juego, sí hay una razón, un tanto cuestionable, que justifica porqué diablos podemos usar un androide en un entorno netamente fantástico con magia y demonios.

A él no le interesa en lo más mínimo la competencia por el trono, por eso será muy raro que se ponga hostil con nosotros si lo encontramos casualmente. Es una opción bastante buena por su resistencia y fuerza descomunales aunque tanto poder destructivo viene con trampa pues no hay tanto equipo disponible para él y uno debe valerse con sus propias habilidades hasta hallarlos.




Wilme Pelin (Alien)

¡Un maldito Predator! Oficialmente a los creadores del juego les valió madre el escenario fantástico. 
Imaginen que en el Señor de los Anillos de repente llegara un aliado de las estrellas que con solo sus puños se bajara ejércitos enteros. Pues ese es Wilme.

Es la cúspide del guerrero. Su daño físico, defensa, puntos de vida y velocidad son los mayores del juego. Pero, y este si es un gran pero, a cambio apesta bastante duro en el apartado mágico y lo que es peor, no usa ninguna clase de equipo, sus puños bastan y sobran esperando que nadie sobreviva tanto tiempo como para que le respondan. Esto se traduce en un paseo calmado durante la primera parte de juego y un infierno de lagrimas de la mitad para adelante. La aventura deja de lado las runas para convertirse en una búsqueda de compañero de equipo, porque solito no la arma... a menos que seas ultrapaciente y no te importe tirar horas matando bichitos para acumular experiencia.


Valsu Saizer (Humano)

Ahora del lado de los que usan magia tenemos a este clérigo, mago blanco, botiquín con patas o como prefieras llamar a esta clase que todo mundo desea en su equipo pero que nadie quiere tener el honor de ocupar. Con varios conjuros de curación y protección se vuelve una opción bastante tentadora para reclutar.

¿Empezar con él? Jajaja, no. Sí, es el mejor curador pero él sólito es casi como vivir una muerte anunciada durante todo el juego, solo retrasada por las constantes curaciones que realizaras antes de que se agote el MP y cualquier bichajo te parta en dos pues Valsu no aguanta casi nada. Es un buen compañero de equipo si logras que se una a ti y un terrible enemigo si se considera que su último conjuro, Elixer, regenera tanto HP como MP al máximo, lo que hace de él un verdadero grano en la cola. Si además cometes el error de perder ante él tus runas, ya recuperarlas de sus ambiciosas manos es otra aventura en si misma.


Esuna Busy (Elfa)

La cuota de género en forma de hechicera de la destrucción. Maneja conjuros de destrucción masiva que puede tirar tantas veces como ella quiera por su elevado MP y se las arregla bastante bien físicamente con los conjuros de apoyo. 

Empezar con ella no es un camino espinoso como el de Valsu el clérigo y se la lleva bastante tranquila con las hordas de bichos pequeños que aparecen de vez en cuando permitiéndole subir de nivel rápidamente, aun así, es conveniente aliarla con algún guerrero para darle tiempo de brillar con sus conjuros de protección y fuerza. 

Como enemiga tampoco es para tanto si logras bajarla durante los turnos en los que se dopa mágicamente, de lo contrario se vuelve un enemigo muy pesado por sus inagotables ataques mágicos y su resistencia mágicamente aumentada.

Lejes Rimul (Demonio)

Lejes y yo tenemos una historia de amor/odio. Cuando jugué la primera vez y lo vi pensé "caramba, un jodido demonio como personaje, ya sé con quien jugaré...". Las siguientes horas fueron dolor, tristeza y frustración. 

¡El desgraciado de Lejes es el peor personaje de todo el juego! Ataque físico pobre, armamento mediocre, ni siquiera tiene tanto poder mágico ni MP para barrer con todos antes de que lo maten de un maldito golpe. Pero gracias a TODAS sus limitaciones comprendí la verdadera mecánica de este juego, ese algo que lo hace diferente al resto de los RPG en el mercado y con ello de alguna manera pude arreglármelas para pasar el juego aunque la batalla con el jefe final fuese un viaje por todos los círculos del pinche infierno por mi obstinación de no reclutar a nadie más en mi equipo (sí, todavía lo hice más imposible). Por supuesto la satisfacción de lograr aquella hazaña fue una de las mejores que puedo recordar.

El juego del terror

Elegido al personaje con quien vas a compartir sufrimientos y derrotas, puedes comenzar la búsqueda de las 7 runas. Afortunadamente la búsqueda no es tan complicada gracias a que a tu izquierda aparece una especie de "Radar del dragón", una de sus funciones es mostrar los monstruos alrededor de ti, bastante útil si quieres evitar encuentros aleatorios. La otra función, y la más importante, es marcar en que parte del mapa están las runas. Si la ves en un pueblo, prepárate para los problemas y más vale que temas, quiere decir que ya la encontró otro discípulo y este no dudará en barrer el pueblo con tus huesitos, aparte de sacarte las runas que lleves a golpes. Todos los discípulos, pese a siempre estar a tu nivel, son increíblemente fuertes y si ademas cuentan con una runa, olvídate.



El combate se desarrolla de forma bastante tradicional con algunos giros que añaden algo de estrategia. Primero está el comando defensa, cuando lo ocupas solo recibes la mitad del daño pero tu ataque físico aumenta casi 3 veces. En segundo lugar están las codiciadas runas, todas tienen una habilidad y estas no se gastan. ¿Curaciones infinitas? Por supuesto ¿Incrementar tus poderes? Servido señor. Lo malo es que para hacer uso de ellas debes estar en combate, no son muy de "úsese en caso de emergencia" aunque suponen un ahorro en pociones y MP.

Aun conociendo los secretos del combate, el juego es dificilícimo, los monstruos dan la falsa confianza de fortaleza cuando solo bastan dos turnos con un jefe para darnos cuenta que no es así. Fue este juego el que me inculcó el hábito de salvar SIEMPRE: ¿Llegué a un pueblo? Salvo, ¿Terminé de comprar? Salvo, ¿Entrada de cueva? Salvo, ¿Veo a otro discípulo? Salvo, porque seguramente me van a remoler a golpes a la vuelta de la esquina.


De alguna manera, un tanto retorcida, terminas abrazando la dificultad del juego. Naces con la derrota, te moldeas en ella. No te pasas esté juego hasta que ya eres un hombre. 

La satisfacción de terminar un reto así es de las experiencias que extraño de los juegos de esa época. Es un desafío que recomiendo.

1 comentario:

  1. Gracias , recuerdo haberlo jugado hace años pero no recordaba su nombre y ahora que lo se lo volvere a buscar! si me encanta el masoquismo u.u

    ResponderEliminar